Suena cruel, pero ya la humanidad era caso perdido, desde el mismo momento en que Eva, y después Adán, comieron del fruto prohibido y decidieron darle la espalda a su creador. Pero Dios nos amó desde siempre y a pesar de que él no hizo nada malo, se esforzó por persuadir a nuestros antepasados de volverse a él. Así es, nos buscó de tantas maneras que hasta envió a su propio hijo a pagar por nuestros pecados...
¡Espera! ¿Qué no es todopoderoso? ¿Acaso no podía simplemente pasar por alto la ofensa y hacer que le obedeciéramos? Si, pero el verdadero amor no manipula ni obliga a nadie a quedarse con uno, sino que busca el bienestar del otro y le muestra con paciencia todo lo bueno y lo bello que le puede brindar.
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Por: Álvaro Martínez V.
Más escritos: minutocristiano.blogspot.com
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