Comer y beber la sangre de Cristo es un acto simbólico. ¡No es una invitación a cometer un brutal acto de canibalismo! De hecho, la Santa Cena es un acto simbólico donde conmemoramos el sacrificio que hizo nuestro Señor para librarnos del pecado y la muerte. Comer su carne y beber su sangre significa que asimilamos sus enseñanzas para ponerlas en práctica y así, siguiendo su ejemplo, vamos más allá de hablar de Cristo y lo empezamos a mostrar en nosotros mismos a través de su ejemplo.
¿Cómo así? Pues así como nuestro Señor Jesucristo, quien se dedicó durante los últimos tres años de su vida terrenal a mostrar al Padre a través de sus palabras y su ejemplo, tanto así que pudo afirmar sin temor a equivocarse que verlo a él era lo mismo que ver al Padre ¿Te imaginas que pudiéramos llegar a ese nivel? ¿Te imaginas que al verte en acción la gente pueda decir: "Entonces esto significa ser cristiano"?
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Escrito por: Álvaro A. Martínez
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