Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra.2 Timoteo 3:16-17
Lo que tú necesitas no es un millón de dólares, tampoco necesitas libros de superación personal, ni siquiera antidepresivos u otras de las tantas soluciones que el mundo te ofrece. Lo que tú y yo necesitamos es sabiduría, necesitamos esa capacidad de discernir entre lo bueno y lo malo, y procurar elegir siempre lo que realmente es bueno. Esta sabiduría la da nuestro Hacedor, ese que nos conoce mucho mejor que nosotros mismos y dejó un manual que nos capacita para toda buena obra.
Escrito por: Álvaro A. Martínez
Para: minutocristiano.blogspot.com
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