El que ama la disciplina ama el conocimiento,
pero el que la aborrece es un necio.
Proverbios 12:1
Un buen padre, cuando sabe que su hijo se está equivocando le hace ver su error, lo corrige, porque sabe que si su hijo no se corrige va a tener que sufrir las consecuencias de sus actos. Del mismo modo, Dios disciplina a sus hijos porque no quiere verlos sufrir las consecuencias por sus pecados. Es de sabios reconocer los errores y tomar los correctivos necesarios para retomar el camino correcto ¿No crees?
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Escrito por: Álvaro A. Martínez
Para: minutocristiano.blogspot.com
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