Hay personas que a lo largo de sus vidas siguen siendo exactamente las mismas, cometiendo los mismos errores una y otra vez, metiéndose en los mismos líos tantas veces que se acaban acostumbrando y simplemente se resignan a decir: "es que yo soy así". El problema es que muchas de esas personas cuando llegan a Cristo, pueden pasar décadas yendo a la iglesia sin ningún cambio visible.
Esto es porque no basta con ir a la iglesia y orar, es necesario que trabajemos en nosotros mismos, que nos observemos concienzudamente y nos esforcemos por cambiar esos hábitos que sabemos que no agradan a Dios ni representan adecuadamente a Cristo.
Dispónganse para actuar con inteligencia; tengan dominio propio; pongan su esperanza completamente en la gracia que se les dará cuando se revele Jesucristo.1 Pedro 1:13
Escrito por: Álvaro A. Martínez
Para: minutocristiano.blogspot.com
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