Como seres humanos, es natural que queramos resaltar, sobresalir entre la multitud y convertirnos en el centro de atención. Pero Jesucristo, el más importante de todos los seres humanos y más que eso, de todo cuanto existe en el cielo y en la tierra, no dudó en venir a servirle a débiles humanos por amor. Él nos mostró el profundo interés de Dios por nuestro bienestar y nos dio el mejor ejemplo que podemos seguir. Si Dios se complació en todo cuanto hizo Jesús, para agradarle a él en todo, no debemos dudar en seguir las pisadas de aquel que se hizo obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Filipenses 2:5