El mundo no duerme, cada día sale con nuevas formas de seducir a adultos y jóvenes, siempre tiene nuevas ideas y distracciones. Él diablo no descansa en su empeño de captar la mayor cantidad posible de adeptos para el mundo. Todo con el único propósito de alejarlos de Dios y de todo lo que no es bueno. Por eso debemos estar siempre atentos, primero a nosotros mismos y luego a lo que nos rodea para que no demos cabida al diablo, quien anda como león rugiente buscando a quién devorar.
1 Tesalonicenses 5:6