Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.
Una persona bienaventurada es una persona dicho, feliz. Teniendo en cuenta el cúmulo de ofrecimientos que a diario nos hace el mundo, está claro que no es fácil soportar la tentación y mantener los ojos en Jesús. A veces, incluso, el mundo nos pondrá entre la espada y la pared a través de toda clase de situaciones. Piensa en esto ¿De veras vale la pena soportarla? Dios no miente y él prometió recompensar a todo aquel que persevere hasta el fin.