No, tú no elegiste seguir a Cristo. Tú no decidiste simplemente un día volverte cristiano y dejar atrás el mundo con todo lo que este ofrece por amar a Dios. Esto no es como elegir a la persona con la que te vas a casar o la carrera universitaria que vas a estudiar.
Tú acudiste al llamado del Señor, pues a diferencia de las cosas de este mundo, el Reino de Dios no es de aquí, a éste solo se llega con invitación, y no cualquiera sino de Dios mismo, por tanto siéntete privilegiado y esfuérzate porque antes de que te dieras cuenta Dios puso sus ojos en tí, te amó y envió a su Hijo para salvarte.
En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.
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