Dios sin el hombre sigue siendo Dios. Él no nos necesita en lo absoluto, pero nos ama y se preocupa por nuestro bienestar como un buen padre que quiere lo mejor para sus hijos. Él fijo normas para que cuando las obedezcamos nos vaya bien en la vida. Porque él quiere lo mejor para nosotros. Piensa en esto.
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