Más bien, en todo y con mucha paciencia nos acreditamos como servidores de Dios: en sufrimientos, privaciones y angustias; 2 Corintios 6:4
Sabemos que siempre llegan momentos difíciles. La luz que podemos dar a los demás revela nuestra fe en Dios. Nuestra fe puede persistir aun en los encuentros con los momentos más duros. Es una demostración de nuestra confianza que el Señor es bueno. Cuando sucede una desgracia, lo último que queremos es tener paciencia. Este es el momento que Dios está usando para darnos la oportunidad de acercarnos a Él. Si te encuentras en una situación desagradable congrega tu paciencia un día a la vez.
Autor: Juan Carlos Méndez
Escrito para: minutocristiano.blogspot.com