Ya se acerca el fin de todas las cosas. Así que, para orar bien, manténganse sobrios y con la mente despejada. 1 Pedro 4:7
Puede que para nosotros parezca una eternidad el hablar de lo cerca que está el fin del mundo con unos dos mil años de anticipación; pero si tenemos en cuenta de quién vienen esas palabras, entendemos que para Dios, ese que vive desde siempre y para siempre, dos mil años son como un parpadeo. De ahí que pueda predecir con tanta precisión sucesos con cientos y hasta miles de años de anticipación.
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