Hay momentos de nuestra vida que aunque estemos "caminando sobre las aguas y viendo a Jesús" podemos permitir que el viento fuerte de nuestro alrededor nos haga tener miedo, entonces dudamos y sentimos que nos estamos hundiendo, perdemos la seguridad. Sin embargo, lo lindo de Jesús es que extiende rápidamente su mano para que no nos hundamos, él nos sujeta para levantarnos y aunque confronta nuestra duda, siempre nos lleva a mirar hacia el.
Gracias Jesús porque tú no tardas en extendernos tu mano.
Lee: Mateo 14:28-31
Autora: María Angélica Manrique
Escrito para: minutocristiano.blogspot.com
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