El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él. Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo? Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.
Juan 14:21-24
Estos versículos me recuerdan aquella conversación que tuve con un amigo mundano sobre la fe y el amor a Dios.
Él decía que desde su perspectiva el que de verdad ama a Dios no es el que levanta las manos en el culto sino el que se esfuerza por hacer la voluntad de Dios y el que tiene fe no es el que lo dice sino el que por muy contra la pared que esté sabe que Dios lo va a salvar aunque no tenga idea de cómo ¡Cuán ciertas palabras!
Escrito para: minutocristiano.blogspot.com
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