pero al pobre no hay ni quien lo amenace.
Proverbios 13:8
Todos sabemos que si tenemos dinero suficiente, en este mundo podemos conseguir casi cualquier cosa, el problema es que también atraeremos enemigos que por ambicionar lo nuestro, pueden poner en peligro nuestras vidas. Las riquezas también pueden ser virtudes que nos permitan hacer buenos amigos que nos ayuden en el momento crítico.
Pero más allá de todo esto, Dios se complace cuando nuestro tesoro está en los cielos, es decir, cuando lo más importante para nosotros es llevar estilos de vida que le agraden en todo. Por lo cual abrirá para nosotros toda clase de puertas de bendición en esta vida, y después la gloria eterna.
Escrito para: minutocristiano.blogspot.com
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