Una sola cosa le pido al Señor,
y es lo único que persigo:
habitar en la casa del Señor
todos los días de mi vida,
para contemplar la hermosura del Señor
y recrearme en su templo.
Salmos 27:4
Al leer éstas palabras expresadas por el rey David no puedo evitar remitirme a los romances entre adolescentes, los cuales debido al profundo amor que sienten el uno por el otro procuran compartir la mayor cantidad de tiempo posible a fin de conocerse mejor y disfrutarse entre ellos; del mismo modo, el rey David estaba tan enamorado de Dios que procuraba buscarle todo el tiempo, sin importarle los errores que cometía en el camino.
Escrito para: minutocristiano.blogspot.com
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