Pues así como cada uno de nosotros tiene un solo cuerpo con muchos miembros, y no todos estos miembros desempeñan la misma función, también nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo, y cada miembro está unido a todos los demás.
Romanos 12:4-5
Si nos detenemos por un momento a pensarlo, nuestro cuerpo se encuentra siempre en completa armonía, sincronizado en todo momento, tanto así que solemos referirnos a los distintos miembros en su conjunto como El Cuerpo. Debido a que aunque algunos miembros desempeñan funciones muy distintas y a veces hasta opuesta a las de otros, no por ello dejan de estar sincronizados.
Escrito para: minutocristiano.blogspot.com
Ya lo leíste, ahora compártelo.
Ya lo leíste, ahora compártelo.