El que anda con sabios, sabio será; Mas el que se junta con necios será quebrantado. Pr 13:20
Así como los niños continuamente observan y aprenden de lo que ven y oyen de sus padres u otras personas con quienes conviven, aún siendo adultos tendemos a pensar y actuar como las personas con quienes pasamos mucho tiempo. Por tanto, si queremos llevar vidas agradables al Señor, debemos elegir bien al tipo de personas a quienes llamaremos amigos y procurar que también sean amigos de Dios.
¿Quiénes son los amigos de Dios?
Son aquellos que lo aman y tienen fe en él, tales como el patriarca Abraham en la Biblia. (Hebreos 11:17-19; 2 Samuel 22:26; Juan 14:23)
Escojamos bien a nuestros amigos
Sin importar cuán adultos seamos, ninguno de nosotros está exento de ser persuadido por otras personas, sea para bien o para mal, por tanto es aconsejable que nos rodeemos de personas que amen a Dios y nos acerquen a él (1 Corintios 15:33)Escrito para minutocristiano.blogspot.com