1 Pedro 3:12
Tal vez reconozcamos esa doctrina que afirma "una vez salvo, siempre salvo" y según la cual, solo basta con que alguna vez en nuestras vidas reconozcamos a Cristo como nuestro Señor y Salvador para tener garantizada nuestra salvación, después de lo cual podríamos libremente dedicarnos a hacer fechorías sin preocuparnos por nuestro destino eterno, ya que el cielo nos espera.
No obstante, la Biblia nos menciona en repetidas ocasiones que Dios se complace en aquellos que hacen justicia y llevan vidas decentes. De hecho, basándonos en esta verdad, entendemos que, aunque no es por obras que somos salvos, si es cierto que nuestra confesión de fe no se quede solo en palabras sino que a través de buenas obras demostremos el amor y la devoción que decimos sentir por Dios, su Palabra y las personas que nos rodean.
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