Hebreos 7:25
La función de los sacerdotes desde la antigüedad siempre ha sido presentarse delante de Dios para interceder y servirle en representación de su pueblo, el problema es que como todo ser humano estos morían y debían ser reemplazados, pero Cristo no, porque él es eterno.
No importa cuantos o cuán graves hayan sido nuestros pecados, Cristo sabe lo que es ser humano y por ello intercede ante Dios por nosotros para que seamos perdonados, pero entonces debemos abandonar toda conducta o pensamiento que nos lleve a pecar tal como Cristo, quien a pesar de haber sido tentado en todo no pecó porque se mantuvo concentrado en cumplir su misión. Puede que fallemos, pero debemos siempre recuperar el enfoque y perseverar en Aquel que nos llamó a su luz.