Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.
Mateo 22:37-40
La devoción sin amor se convierte en religiosidad. Ciertamente esto fue lo que les pasó a los escribas y fariseos, que se esmeraban tan celosamente en guardar las tradiciones tal como lo habían aprendido, todos unos doctos en la ley pero carentes de amor.
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