Se mantenían firmes en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en el partimiento del pan y en la oración. Hechos 2:42
Una de las características distintivas de la iglesia primitiva, era el amor que se profesaban unos a otros y que demostraban a través de buenas obras, no solo entre ellos sino también con las personas de su alrededor. De modo que la gente veía sus buenas obras y glorificaban a Dios.
Más de una vez he oído decir que «uno debe amar al prójimo, pero a veces el prójimo no ayuda» y seguramente esto no es nuevo, seguramente los primeros cristianos también enfrentaron ese tipo de retos. Sin embargo, notemos lo que dice el versículo: «se mantenían firmes». Es decir, que por mucho que nos fallen, si nos mantenemos firmes en lo que hemos aprendido, Dios a su tiempo nos recompensará.
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