«Todo me está permitido», pero no todo es para mi bien. «Todo me está permitido», pero no dejaré que nada me domine. 1 Corintios 6:12
Cuando inicié en el evangelio, recuerdo que varias personas me mencionaron una lista de cosas que no podía hacer. Sin embargo, cuando le conté eso a la persona que me habló de Cristo, esta me dijo que allá no me prohibirían nada, pero si me harían ver qué cosas de las que hacemos a diario están mal, no porque nos quieran imponer un ideal, sino porque realmente a Dios no le agradan y a la larga no nos convienen.
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