Porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la soberanía reposará sobre sus hombros, y se le darán estos nombres: Consejero admirable, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz.
Isaías 9:6
Isaías 9:6
Desde tiempos antiguos, el pueblo judío espera la manifestación del mesías prometido. Ese de quien las Escrituas tanto hablan, sea de manera directa o indirecta, desde Génesis hasta Malaquías. Lo que muchos de ellos no saben es que hace 2000 años caminó entre nosotros un hombre en quien se cumplieron todas esas profecías y por quien hoy tenemos un camino que nos conecta con Dios.
Gracias a ese hombre, de quien las Escrituras dan testimonio que hizo toda clase de milagros, señales y prodigios es que hoy podemos clamar a Dios y tener la plena confianza de que sin importar lo que hagamos, si nos arrepentimos de corazón podemos ser perdonados por Dios y gozar de una relación personal con él como sus hijos con todo lo que ello implica. ¿No es interesante?