A cambio de ti entregaré hombres;
¡a cambio de tu vida entregaré pueblos!
Porque te amo y eres ante mis ojos
precioso y digno de honra.
Isaías 43:4
Estas palabras fueron dirigidas de la mismísima boca de Dios a su pueblo Israel, y por extensión a cada uno de nosotros, quienes hemos escuchado el mensaje del evangelio y hemos creído a las palabras de quienes nos instruyeron en las verdades bíblicas. Todos nosotros, los que creemos en Dios y en su Palabra, en nuestro conjunto conformamos la Iglesia y somos preciosos y dignos de honra ante él.
Como tales, hemos recibido promesas que están contenidas en su Palabra y las cuales se van cumpliendo a medida que permanecemos fieles a él para guardar sus mandamientos, enseñarlos a otros y demostrar con nuestro ejemplo cuando aplicamos en nuestra vida cotidiana lo que aprendemos su su Palabra. Así que es tiempo que mostrar al mundo que vale la pena ser fieles a Aquel que nos llamó.