Mateo 10:8
En aquel entonces, cuando esta orden fue dictada a los apóstoles, se les estaba, literalmente, dando poder para que obraran milagros en el nombre de Jesucristo, tal como los que habían visto hacer a su maestro. Debido a que la Biblia no había terminado de ser escrita y era necesario que la gente viera el poder de aquel a quien ellos iban representando a costo de sus vidas en acción.
Hoy en día no es un requisito ir haciendo milagros en el nombre de Jesucristo para poder predicar, pues nuestra misión consiste en dar a conocer lo que ese Dios nos enseña a través de las Escrituras. Lo que si debemos es amar a las personas y demostrarles ese amor por medio de buenas obras, ayudándoles en todo cuanto sea posible para nosotros, pues así como Cristo nos amó, debemos amarnos mutuamente.