Por su propia voluntad nos hizo nacer mediante la palabra de verdad, para que fuéramos como los primeros y mejores frutos de su creación.
Santiago 1:18
Al leer este pasaje, mi mente me transporta a un tiempo en el cual me aparte de los caminos de Dios para seguir en pos de mis deseos. A pesar de varias veces intentar volver al primer amor, simplemente algo dentro de mi me indicaba que ya no era lo mismo. Aún así, no me di por vencido y a pesar de que ya no sentía la misma pasión de antes, no me desvinculé de la iglesia sino que seguí como alguien tibio.
Mucho tiempo después entendí algo de vital importancia, y es que no es por nuestra propia voluntad que nos acercamos a Dios o nos enamoramos de él, sino que vamos a él porque por su buena voluntad nos atrae a si mismo. Así que si hoy estamos en él, debemos agradecerle porque le ha placido destinarnos de entre toda la humanidad para ser los mejores frutos de su creación, los herederos de su Reino.