Al llegar a este punto, Job se levantó, se rasgó las vestiduras, se rasuró la cabeza, y luego se dejó caer al suelo en actitud de adoración. Entonces dijo:
«Desnudo salí del vientre de mi madre,
y desnudo he de partir.
El Señor ha dado; el Señor ha quitado.
¡Bendito sea el nombre del Señor!»
Job 1:20-21
Cuenta la Biblia la historia de un hombre justo, un hombre de quien Jehová mismo dijo que era "perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal". Así es, hablamos de Job, aquel que inexplicablemente perdió todo cuanto tenía de un momento a otro, incluyendo a sus pertenencias, familia, hijos e incluso su propia salud.
Como todos sabemos no fue porque haya hecho algo malo, sino porque Satán cuestionó su integridad ante Dios y, como Dios confiaba en la integridad de su siervo, permitió que el diablo hiciera estragos con todo cuanto tenía. Hoy puede que estés pasando por dificultades e injusticias a pesar de ser una persona de bien que ama al Señor, sin embargo recuerda que así como a Job cuando pasó la prueba recibió su recompensa, así mismo recibirás la tuya en el tiempo señalado si no claudicas.