Salmo 143:6
Ayer cuando conversaba con una amiga, que había estado conviviendo con una hermana que la fue a visitar por unos meses, después fue la mamá y ahora estaba sola de nuevo; le pregunté si no le hacía falta compañía, ya que vive en otra ciudad lejos de su familia. Me dijo que ya le hacía falta su soledad, puesto que se había acostumbrado a ella y la extrañaba.
Así como ella que se acostumbró a estar sola, existen muchas personas que se acostumbran al estilo de vida que llevan; están los solitarios, los que no saben estar solos, los desordenados, los disciplinados y así sucesivamente. Pero en medio de nuestra cotidianeidad, hay alguien que está deseoso de relacionarnos con nosotros, él desea que nos "acostumbremos" a buscar su rostro cada día y a deleitarnos en su presencia que nos trae gozo, paz y sabiduría.
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