Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza: instrúyanse y aconséjense unos a otros con toda sabiduría; canten salmos, himnos y canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón.
Colosenses 3:16
Creo que todos conocemos a ese tipo de personas que dicen creer en Dios y amarle pero se abstienen de unirse a alguna igleisia cristiana por considerar las religiones como formas de esclavitud. No es por juzgar la decisión de estas personas, pero por lo general esos mismos se dejan envolver por situaciones y personas de su alrededor para acabar creyendo y amando cosas que Dios detesta.
La Biblia dice que si lo amamos debemos guardar sus mandamientos, pero para saber qué es lo que Dios ama, lo que detesta y qué espera de nosotros ante cada situación, debemos estudiar contínuamente y rodearnos de personas que nos ayuden a recordar los principios de la Palabra para cada situación. Esta labor se facilita cuando nos unimos a una iglesia de sana doctrina donde no solo se brinda estudio bíblico sino que se nos motiva a poner en práctica lo que aprendemos cada día de las Santas Escrituras.