Por eso también puede salvar por completo a los que por medio de él se acercan a Dios, ya que vive siempre para interceder por ellos.
Hebreos 7:25
Antiguamente, Dios había nombrado de entre las doce tribus de Israel a los levitas como el linaje de sacerdotes que de generación en generación iban a dedicarse a presentar sacrificios en nombre del pueblo para recibir el perdón de sus pecados y en general cuidar del templo conforme a la ley que fue dada a Moisés. Debido a ésto habían puntos específicos de la ley que los favorecían a ellos.
Hoy en día, y desde hace unos dos mil años, ya no es necesario presentar sacrificios; debido a que Jesucristo se ofreció a si mismo como sacrificio perfecto para que todo aquel que de corazón se arrepienta y crea, sea perdonado y herede las promesas destinados a quienes Dios reconoce como sus hijos. No solo eso, sino que al ser inmortal, fue nombrado sumo sacerdote eterno para que interceda por nosotros por siempre delante de Dios.