Sométanlo todo a prueba, aférrense a lo bueno, eviten toda clase de mal.
1 Tesalonicenses 5:21-22
Tras la cuarentena del 2020 muchos volvieron a sus iglesias, pero otros aprovecharon ese tiempo para retirarse o para aprender otras doctrinas que acabaron desviándolos del evangelio que habían aprendido. Es cierto que el internet es un medio que pone a nuestra disposición un vasto banco de información de todo el mundo que podemos llevar en el bolsillo, pero prohibirla no es una opción.
Recuerdo que un amigo se había rehusado a volver a la iglesia alegando que había abierto los ojos y que estaban estafándonos con el diezmo y otras doctrinas no bíblicas, porque lo aprendió de un predicador en YouTube. Lo cierto es que, sea quien sea el que nos predique, nuestro deber es estudiar la Biblia y comparar lo que nos dicen con lo que ésta nos dice a fin de tomar lo verdadero y desechar el error.
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