Tanto la gente que iba delante de él como la que iba detrás, gritaba:
—¡Hosanna al Hijo de David!
—¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!
—¡Hosanna en las alturas!
Mateo 21:9
—¡Hosanna al Hijo de David!
—¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!
—¡Hosanna en las alturas!
Mateo 21:9
A pesar de los múltiples esfuerzos por frenar la obra que Jesús venía haciendo como el mesías prometido, los fariseos no podían hacer otra cosa que observar impotentes y dar "pataletas de ahogado" mientras sus planes para acabarlo fracasaban uno tras otro. Todo esto sucedía mientras se iban cumpliendo al pie de la letra cada una de las profecías registradas en la Biblia acerca del mesías.
Ahora estaban ante toda una celebridad, nada menos que aquel a quien las multitudes aclamaban y sin saberlo, reconocían como el Salvador prometido, ese que entraba a Jerusalén montado en un burrito. Todo esto fue posible porque Dios ya se había propuesto algo a través de su Hijo. Del mismo modo, hoy podemos confiar que todo lo que Dios dijo sobre nosotros se cumplirá por encima de quienes se opongan.