Esposas, sométanse a sus esposos, como conviene en el Señor. Esposos, amen a sus esposas y no sean duros con ellas.
Colosenses 3:18-19
Colosenses 3:18-19
Hoy en día el mundo nos vende la idea de que cada quien debe hacer con su vida lo que le plazca y cualquier intento por corregir alguna conducta considerada "inapropiada" es un intento de oprimir y vulnerar el derecho al libre desarrollo de la personalidad. Sin embargo, en la Biblia encontramos normas, no solamente sobre cómo adorar a Dios sino para cada área de nuestras vidas.
En el caso puntual de la autoridad, Dios ha establecido un orden y lo ha expresado a través de su palabra, según el cual él es la cabeza de Cristo, a su vez Cristo es la cabeza de la iglesia y de los varones, los cuales son cabeza de sus esposas. Por tanto cada quien debe someterse y respetar a la autoridad que Dios ha delegado entre los seres humanos, los cuales deben rendirle cuentas a él.