Sin medir consecuencias

Dichosos ustedes cuando los odien,
cuando los discriminen, los insulten y los desprestigien
por causa del Hijo del hombre.
Lucas 6:22

Cuando Cristo anduvo en cuerpo físico entre la gente, no solamente fue elogiado y querido por todos a pesar de dedicarse a hacer buenas obras. Sino que también fue blanco de persecución y críticas, ya que habían personas a quienes en particular no les convenía a sus intereses egoístas, a tal punto que lo asesinaron. No obstante, debido a que permaneció fiel a Dios su recompensa fue el cielo.

Antes de morir, Cristo le dijo a sus discípulos que ellos continuarían con su labor, pero que así como a él lo lo odiaban, lo perseguían y difamaban; a ellos les harían incluso cosas peores. Sin embargo, pasajes como Lucas 6:22 nos reconfortan hoy al recordarnos que si sufrimos por el evangelio somos dichosos, ya que el mismo que recompensó a Cristo no nos dejará sin nuestra gloriosa recompensa.