2 de julio de 2020

El premio a la obediencia


Y oí a cuanta criatura hay en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra y en el mar, a todos en la creación, que cantaban: «¡Al que está sentado en el trono y al Cordero, sean la alabanza y la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos!»
Apocalipsis 5:13

Antes de que Cristo viniese a la tierra, la humanidad debía morir a causa de sus pecados, ya que el pecado se paga con la muerte. En el caso de los israelitas, Dios les proveyó una ley mediante la cual podían expiar sus culpas al sacrificar a un inocente cordero, sin embargo todo eso era una solución temporal.

Debido a que solo una vida humana perfecta podía pagar de una vez por todas por los pecados de toda la humanidad, Cristo vino y ofreció su vida haciendo las veces de cordero. Ahora todos podemos confiadamente recibir el perdón por nuestros pecados con solo creer en lo que hizo Jesucristo y dejarnos guiar por la palabra de Dios. Y como Cristo fue obediente en todo fue exaltado a lo sumo e intercede por nosotros ante Dios, y si nosotros obedecemos fielmente seremos recompensados allá arriba donde se encuentra Cristo a la diestra del Padre.
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