Porque nada de lo que hay en el mundo —los malos deseos del cuerpo, la codicia de los ojos y la arrogancia de la vida— proviene del Padre sino del mundo.
1 Juan 2:16
Alguien dijo alguna vez que en realidad la oscuridad no existe sino que es la ausencia de luz, si hablamos de la dualidad de la creación, muchas de las cosas que conocemos tienen su contraparte, la cual se produce cuando hace falta aquello de que la hace posible. De modo que cuando, por ejemplo, la oscuridad es la carencia de luz, la indiferencia es la ausencia de atención, etc.
Debido a que nuestro corazón tiende a causa del pecado a hacer cosas malas, debemos contínuamente "llenarlo de Dios" es decir, alimentarlo con la Palabra de Dios y esforzarnos por poner en práctica sus enseñanzas en cada situación que la vida nos presente. Es entonces cuando el Espíritu Santo entra en acción recordándonos lo aprendido y guiándonos a toda verdad.
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