Pero, si no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su Padre les perdonará a ustedes las suyas.
Mateo 6:15
Este pasaje me recuerda a una reflexión que circula por internet donde un hombre empieza a rezar «el padrenuestro» como de costumbre, entonces un día Dios le habla y empieza a preguntarle sobre cada frase que pronunciaba; entonces aquel hombre se dio cuenta de que no pensaba en lo que decía sino que simplemente repetía.
Puede que a nosotros nos pase, no solo al rezar sino en cosas que hacemos a diario, tan seguido que se vuelven automáticas. Dios desea que al orar y no solo al orar sino en cualquier cosa que hagamos en vez de hacerlas por hacerlas, tomando conciencia de que Dios es real y que si vamos a predicar mostremos con nuestro ejemplo a los demás cómo se hace y por qué nos conviene agradar a Dios.