Tú, Señor, eres bueno y perdonador;
grande es tu amor por todos los que te invocan.
Salmos 86:5
Desde pequeños, la imagen que nos dan de Dios es de un ser todo amor y todo bondad, aquel ser compasivo que se mostró a través de Jesucristo. De ahí que muchas personas se pregunten desde siempre ¿por qué un Dios que es tan amoroso y compasivo permite tantas injusticias? Sin embargo, como ya hemos mencionado antes, podemos tomar nuestras propias decisiones.
El hecho de que tengamos tal libertad, significa que podemos moldear el mundo a nuestro antojo y que nuestras decisiones, para bien o para mal afectan a las demás personas. Y Dios respeta eso. No obstante, la Biblia dice que Dios tiene especial cuidado de aquellos que le invocan y procuran obedecerle. Es por ello que si queremos ver la mano de Dios obrando a nuestro favor, debemos invocarlo y hacerlo partícipe de nuestra vida en general.
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