¡Ay del que no es más que un tiesto
entre los tiestos de la tierra!
¿Acaso el barro le reclama al alfarero:
«¡Fíjate en lo que haces!
¡Tu vasija no tiene agarraderas!»?
Isaías 45:9
Hace tiempo conversaba con un amigo cuando de repente pasó una madre que llevaba a su hija de unos 7 u 8 años, diría yo, en una silla de ruedas porque la niña nació sin piernas. Al verla nos conmovios, entonces él me preguntó notablemente preocupado ¿será que a Dios le duele más que a nosotros? Ante lo cual enmudecí y le dije: no tengo respuesta para tu pregunta.
Así como en aquella situación, hoy nosotros puede que nos hagamos preguntas para las cuales no tengamos respuesta, así que para evitar depronto caer en pecado puede que dejemos de hacerlas. Sin embargo, cuando conocemos la palabra de Dios y nos relacionamos con nuestro hacedor entendemos que por mucho que sepamos, el que nos hizo siempre sabrá más y si permite que pase esto o aquello, debemos confiar en que él sabe lo que hace y por qué lo hace.