26 de febrero de 2020

Cuando Dios nos reta...


Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen.
Mateo 5:44

Probablemente uno de los pasajes más difíciles de digerir para la mayoría de nosotros sea esos donde el Señor nos llama a amar a todos, incluso a los que nos hacen mal. Después de todo ¿quién está lo suficientemente desquiciado como para volver a confiar, por ejemplo, en alguien que nos ha robado y no parece querer cambiar?

Hace unos días me encontraba dictando una charla sobre cómo llevarnos bien con los demás, y entre todo lo que dije aquella vez, mencioné el hecho de que si somos hechos a imagen y semejanza de Dios y Dios es amor ¿qué se supone que debemos ser nosotros? Aunque nuestro instinto de preservación nos lleve a desconfiar de aquel que nos hace daño, Dios desea que confiemos en él a tal punto de que no nos venguemos sino que confiemos en que él arregle cuentas con nuestro adversario. En cuanto a nosotros, nuestro papel es amar y perdonar a otros como Dios hace con nosotros.
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