Religiosidad sin santidad no sirve

¡Lávense, límpiense!
¡Aparten de mi vista sus obras malvadas!
¡Dejen de hacer el mal!
Isaías 1:16

Tristemente muchas personas creen que por practicar las costumbres propias de los cristianos, —como lo son el ayunar, orar, leer la Biblia, congregarse y aportar dinero a la iglesia local— automáticamente son aprobados por Dios. Sin embargo se necesita más que solo buenas obras para ser aprobados, se necesita apartar el corazón de todo lo que a Dios le desagrada, es decir, dejar de amarlas.

Lo que Dios desea es que busquemos cada dia la santidad, es decir, hacer el bien a los demás motivado por un profundo amor hacia ellos y que alineemos nuestros gustos con los suyos a fin de que podamos deleitárnos en hacer su voluntad y cumplir con sus propósitos, los cuales van encaminados a procurar nuestro bien y a enseñarnos a ser mejores personas cada día.