Salmos 34:8
Hay un dicho popular que afirma que hay que ver para creer, en el mundo espiritual sucede todo lo contrario: "hay que creer para ver" (Hebreos 11:6) y aunque un incrédulo podría afirmar que eso suena subjetivo, —es decir, que depende de quien lo ve— y ajustado a la conveniencia de quien lo predica, lo cierto es que el beneficio de la duda cualquiera merece.
Partiendo de lo anterior, Dios le extiende una invitación a aquellos que no crean que él es real y a aquellos que ya no creen por cualquier motivo, que analicen las evidencias y puedan comprobar que Dios es bueno, está atento a escuchar nuestras oraciones y a velar por nuestro bienestar. Si lo piensas bien no hay nada que perder, por el contrario podrías ganar mucho más de lo que imaginas.
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